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Uno de los productos de repostería estrella para el desayuno e incluso la merienda es el cruasán o croissant. Aunque su nombre proviene del francés esta pieza de panadería de hojaldre es de origen austriaco. Se hace con una masa que lleva: levadura, mantequilla o margarina. Se pueden tomar sin relleno o con algo dentro dulce o salado.

Origen

La palabra croissant significa creciente y se relaciona con el sentido de cuarto creciente lunar. De ahí la forma original de este bollo de luna creciente, aunque también es común encontrar croissants rectos.

Según las referencias históricas este pastel se remonta ya a una tradición milenaria que nació en la ciudad de Viena a finales del siglo XVII. Fue en el 1683 cuando panaderos vieneses sirvieron de ayuda a los soldados del emperador Leopoldo I dando señales de alarma para evitar ataques turcos.  Debido a este apoyo los panaderos recibieron una condecoración y ellos a su vez elaboraron dos panes como agradecimiento. Uno con el nombre de “emperador” y otro “Halbmond” que en alemán significa media luna y es lo que se corresponde con el actual croissant. También hay que decir que se eligió esta última forma de media luna como mofa a la bandera otomana.

Curiosidades

La primera vez que se utilizó la palabra croissant fue en el 1863 ya que aparece en el diccionario francés Littré. En Francia la primera receta se publicó en 1905 y la primera edicicón del Larousse gastronómico en 1938 ya incluye el croissant.

Este alimento es muy típico del desayuno francés, pero también en nuestro país y muchos otros. Por ello es uno de los productos artesanos de nuestra panadería elaborado siempre con las mejores materias primas y en hornos de leña.