La harina es uno de los ingredientes más básicos y prácticos en la cocina actualmente y hoy en este post te recordaremos y te explicaremos en profundidad uno de los ingredientes principales de la panadería y repostería, tanto para elaborar masas dulces, saladas o cualquier otro tipo de masa. Nuestro protagonista es la harina. Te enseñaremos ¿Qué es?, ¿Cómo se utiliza?, tipos de harina, su clasificación y porcentaje de proteínas en la masa.
Si vamos a Google y buscamos “¿Qué es la harina?” Como concepto encontraremos que la harina es un polvo que se logra a partir del cereal molido y otros alimentos ricos en almidón y cuando se utiliza el término harina sin especificar de qué esta hecha, deducimos que se hace referencia a la harina de trigo que es la más común de todas. Pero existen muchos tipos de harina de distintos cereales, legumbres y frutos secos.
Si nos preguntamos ¿Cómo se utiliza la harina? Le encontraremos muchas utilidades ya sea para realizar pasta, pan o masa para repostería entre o tras cosas.
Ahora bien, hablemos de los tipos de harina, su clasificación y su porcentaje de proteínas.
Como ya hemos dicho, existen muchos tipos de harina como; harina de avena, centeno, maíz, garbanzos, almendras etc. Y su clasificación en Europa se divide en;
Harina de gran fuerza: Contienen entre un 13% – 15% de proteínas y se suele utilizar para elaborar pastas alimenticias.
Harina de Fuerza: Contiene entre un 11% – 12% de proteínas y se utiliza para hacer panes.
Harina de mediana fuerza o panificable: En estas encontramos entre 10% – 11% de proteínas y también se puede utilizar para hacer panes. Como curiosidad, las harinas de mediana fuerza se consiguen mezclando partes iguales de harina de gran fuerza y harina floja.
Harina débil o floja: Esta harina es la que contiene menos proteína, solo encontraremos entre un 7% – 9% y es la que se utiliza para repostería.
Nuestro consejo panadero después de esta breve introducción a la harina y sus tipos ya que es un tema que da para mucho más es, no te olvides de tamizar siempre la harina antes de usar (pasándola a través de un colador o tamiz) para eliminar impurezas y grumos y así aportar aire para que nuestras recetas queden perfectas. También recordemos añadir la harina poco a poco al final de cada elaboración y no de golpe para que la masa no desarrolle demasiado gluten y no quede apelmazada o reseca.
Fuente: Chapela.es