El tronco de Navidad es un postre de origen francés, tradicional de las navidades de diversos países europeos.
Como indica su nombre, el postre suele prepararse, presentarse y decorarse de forma que parezca un tronco listo para la chimenea. Se hace con bizcocho genovés u otro tipo de bizcocho esponjoso, rectangular y plano, que se unta con crema, se enrolla para obtener un cilindro y se vuelve a untar por fuera. La combinación más común es un bizcocho básico, untado y relleno con crema de mantequilla de chocolate, café o praliné, aunque existen muchas variantes.
Su origen se remonta a la tradición precristiana homónima del Tronco de Navidad, consistente en quemar en el hogar un tronco o leño grande de madera, preferentemente de árboles frutales, para celebrar el solsticio de invierno y el fuego nuevo del año a punto de empezar, así como alejar la oscuridad.
El ritual del encendido corre a cargo del mayor o del menor de la familia y se hace a veces con cenizas del tronco quemado el año anterior. Tiene que arder como mínimo tres días, y se riega con vino, aceite o agua.
Esta costumbre fue recuperada por la Iglesia Católica e incorporada a los ritos navideños.
Fuente: es.wikipeidia.org