
El azúcar invertido es una mezcla de glucosa y fructosa que se obtiene a partir de la hidrólisis del azúcar común (sacarosa). Este proceso «invierte» la estructura del azúcar, de ahí su nombre.
¿Cómo se obtiene?
Se logra al calentar sacarosa con un ácido (como el limón) o con una enzima (invertasa), provocando su descomposición en dos azúcares más simples: glucosa y fructosa.
Características del azúcar invertido:
Mayor poder endulzante
Endulza más que el azúcar común, especialmente por la fructosa, que es más dulce.
Retiene mejor la humedad
Ideal para bizcochos, panes y magdalenas más jugosos y tiernos por más tiempo.
Retrasa la cristalización
Perfecto para mermeladas, helados o almíbares, ya que evita que el azúcar se solidifique.
Mejora la conservación
Tiene propiedades antimicrobianas suaves que ayudan a prolongar la vida útil de productos caseros.
Acelera la fermentación
Usado en panadería, ayuda a activar más rápido la levadura.