Uno de los ingredientes básicos de la cocina es la harina ya que es fundamental para elaborar bizcochos y otros dulces, así como para dar consistencia a ciertos platos. Sin duda, la harina de trigo es la más utilizada en repostería. No obstante, existen muchos tipos de harina, tantos como cereales existen.
Harina de trigo
Es la más común porque se adapta tanto para elaborar masas dulces como saladas. Asimismo, sirve para rebozar carnes y pescados y para la producción de pan. Su variedad integral se caracteriza por ser más oscura y se obtiene moliendo el grano de trigo entero.
Harina de maíz
Ideal para fabricar tortillas y empanadillas o para espesar salsas, sopas y guisos. En este caso se consigue al moler los granos de maíz que poseen gran cantidad de almidón. Aunque no es muy buena para hacer pan porque no contiene gluten, sí que puede utilizarse para galletas y algunos tipos de bizcochos. Se usa mucho en Sudamérica para las típicas tortitas de maíz.
Harina de centeno
Junto con la de trigo es otra de las más empleadas para la elaboración del pan. Este tipo destaca por dar cierto amargor a la masa, por lo que no es recomendable para repostería. Además, la masa resultante suele ser poco manejable ya que es más pegajosa. Si se mezcla con otras clases es más fácil usarla y resulta muy válida para hacer galletas saladas.
Harina de cebada
Tiene un gran valor nutritivo y beneficioso para el organismo. Principalmente se usa como espesante y para elaborar panes más densos y menos esponjosos. A pesar de que contiene gluten es de las que menor cantidad posee. En Inglaterra es muy empleada.
Harina de avena
De textura muy fina y un sabor muy suave es muy apta para creaciones de repostería. Es muy habitual en Estados Unidos para hacer papillas de cereales, cremas, galletas, magdalenas…
Harina de arroz
Los japoneses la usan para hacer sus recetas en tempura y los fideos de arroz. Como es muy ligera es perfecta para los rebozados y espesar salsas y guisos. Es apta para celíacos porque no contiene gluten, pero no vale para elaborar pan.
Fuente: Revista Mía