¿Sabías que el croissant nació en Austria y no en Francia? Así es, según la versión difundida por el Doc. Alfred Gorrschalk en la prestigiosa enciclopedia culinaria Larousse Gastronomique, el croissant nació durante las guerras turco-otomanas del siglo XVII en Europa.
En el 1683, en la época en que el imperio Otomano avanzaba por Europa conquistando territorios en su lucha contra el imperio Romano Germánico. Tras haber arrasado Constantinopla, los Balcanes y parte de Hungría el ejército Otomano fijó su objetivo en Viena.
Por ello, para no ser descubiertos, los soldados trabajaban sólo durante la noche para poder pasar por debajo de las murallas. Lo que ellos no sabían era que los panaderos también trabajaban de noche. Estos, oyeron los ruidos que hacían los turcos con los picos y palas, y dieron la voz de alerta. Gracias a este aviso, la ciudad y el ejército de Viena pudieron repeler el ataque del invasor.
Como celebración por esta victoria, los panaderos crearon un bollo con forma de luna creciente, la misma luna que lucía en la bandera Otomana. Por lo que el Croissant simbolizó la manera de “comerse un turco”. Una dulce venganza llevada a cabo gracias a la gran colaboración de los panaderos vieneses.
Fuente: lavandiardia.com